Construida a principios del siglo XX, esta casona montañesa tradicional conserva intacta su esencia arquitectónica con una elegante solana, un amplio soportal y una estructura robusta típica de las casas señoriales cántabras. Rodeada por un imponente muro de piedra, destaca su majestuosa portalada con arco de medio punto, flanqueada por dos pináculos laterales y coronada por una cruz central, símbolo de protección y arraigo.
En su fachada se pueden admirar varios escudos heráldicos, entre los que resalta una concha de peregrino, testimonio del paso de caminantes al encontrarse en pleno trazado del Camino de Santiago de la costa. Un lugar cargado de historia, tradición y hospitalidad.
La Casona de Mogro, cuidadosamente restaurada, conserva todo el carácter y la autenticidad de las construcciones montañesas cántabras. Sus muros de piedra originales y las estructuras en madera vista han sido preservados y respetados durante la rehabilitación, dando lugar a un espacio que respira historia sin renunciar al confort actual.
En su interior, encontrarás amplias habitaciones llenas de luz y encanto, cada una decorada con mimo, ofreciendo calidez y descanso. El corazón de la casa lo ocupa un acogedor salón con chimenea, perfecto para compartir veladas al calor del fuego en cualquier época del año. Y para quienes disfrutan de la cocina, la casona dispone de una cocina totalmente equipada, donde tradición y funcionalidad se dan la mano.
Cada rincón ha sido pensado para crear una atmósfera íntima y familiar, donde el alma de la casa original sigue latiendo entre piedras centenarias y vigas nobles.
El jardín de La Casona de Mogro, con más de 4.000 m² de superficie, ha sido concebido como un espacio para disfrutar del aire libre en total tranquilidad. Rodeado por un muro de piedra centenario que le otorga carácter y privacidad, este oasis verde ofrece unas impresionantes vistas al monte El Cueto, uno de los paisajes más representativos de la zona.
Su cuidada vegetación combina una gran variedad de árboles y arbustos ejemplares que, junto a las zonas de sombra natural y rincones de descanso, crean una atmósfera fresca, relajada y profundamente conectada con la naturaleza. Entre ellos destaca con orgullo una Araucaria centenaria, catalogada y protegida, vestigio vivo de los jardines indianos típicos de Cantabria.
Al final de la finca, junto a los majestuosos nogales, se encuentra un pequeño huerto de temporada y plantas aromáticas, que no solo embellece el paisaje, sino que también ofrece un vínculo directo con la tierra y los ciclos naturales.
Para esos días en los que el sol cántabro invita a relajarse al aire libre, La Casona de Mogro pone a disposición de sus huéspedes una piscina prefabricada rodeada de vegetación y tranquilidad. Ubicada dentro del extenso jardín de la propiedad, es el lugar perfecto para refrescarse, desconectar y disfrutar de momentos de ocio en un entorno natural privilegiado.
Ya sea tras una jornada de exploración por la costa o simplemente como parte de un día de descanso en la finca, la piscina ofrece un espacio íntimo y relajante donde el agua, el silencio y el paisaje se combinan para crear una experiencia veraniega completa.
Una invitación a saborear el verano con calma, sin prisas, en el corazón verde de Cantabria.
Cada habitación ha sido diseñada de forma única, con una decoración cuidada y exclusiva que combina elegancia, calidez y detalles que invitan al descanso. El confort está garantizado gracias a sus 3 baños completos y 2 aseos.
Su encanto tradicional, sus espacios amplios y su atmósfera acogedora convierten la Solana de Mogro en el lugar ideal para todo tipo de celebraciones: bodas íntimas, bautizos, comuniones o reuniones familiares llenas de emoción y significado.
Mogro ofrece una gran variedad de actividades para todos los gustos. Rodeado de naturaleza y con una ubicación privilegiada entre el mar y las montañas, es un destino ideal tanto para los que buscan tranquilidad como para los que prefieren experiencias más activas.